La Antártica ha estado cubierta por hielo por más de 30 millones de años. Eso significa que la nieve que cayó hace cientos de miles de años todavía está ahí, compactada en capas de hielo.
Los núcleos de hielo (ice core, en inglés) son esencialmente cápsulas de tiempo congeladas, donde el hielo más joven se encuentra en la parte superior y el hielo más antiguo en la parte inferior del núcleo. Cada capa y las burbujas de aire atrapadas en ellas dan un completo registro de las condiciones climáticas en el momento de su formación, incluyendo datos como la acumulación de nieve, temperatura, composición química de la atmósfera, Gases de Efecto Invernadero (GEI), actividad volcánica y actividad solar.
Esta información permite a científicos y científicas comprender las relaciones entre la composición de la atmósfera y el cambio climático, cómo y por qué cambió el clima en el pasado, y cómo mejorar las predicciones de cómo cambiará el clima en el futuro.
El testigo de hielo de la exhibición 66°S La última frontera es solo una pequeña réplica de estos cilindros, que se perforan en hielos densos de Antártica, Groenlandia y otros glaciares a lo largo del mundo. La perforación más profunda se realizó en Antártica, alcanzando más de 3 kilómetros, con 800 mil años de información. En nuestro caso, en un metro de longitud, quisimos representar 500 años de historia.